jueves, 22 de marzo de 2012

Darío Villalba / Juana de Ibarbourou






La sed

Tu beso fue en mis labios
de un dulzor refrescante.
Sensación de agua viva y moras negras
me dio tu boca amante.


Cansada me acosté sobre los pastos
con tu brazo tendido, por apoyo.
Y me cayó tu beso entre los labios,
como un fruto maduro de la selva
o un lavado guijarro del arroyo.


Tengo sed otra vez, amado mío.
Dame tu beso fresco tal como una
piedrezuela del río.

No hay comentarios:

Publicar un comentario