lunes, 25 de julio de 2011

Matilde Alonso Salvador / Fernando Lluch Gutiérrez




CUANDO EL FUEGO ENCIENDE EL AGUA


 
Cuando se enciende el agua
las manos de Matilde trabajan con fuego:
 rojo que incita, que delimita, que exalta…
Cuerpos que fascinan y
que se muestran
ante un fondo de deseo.

Cuando pintas con el color del deseo
las mujeres atraen y te queman,
 y la piel es como fuego que besa
esos cuerpos de seda.

Cuando el crepúsculo se mezcla con el agua:
agua de vida,
aire que explota,
las mujeres de rojo se muestran,
a veces a trozos, a veces enteras,
sinuosamente volcadas en lo suyo,
en representar un misterio.

Cuando los rojos iluminan a esas mujeres
engalanadas de expresiones y desdenes,
se ofrecen, y tu sabes de su desgana,
 rebelándose contra un poder oscuro,
mezquino y cruel
que les impide crear,
engendrar ciudades o
convertirse en pétalos de rosas.

Mujeres vestidas de rojo,
marcadas de piel,
que ofrecen su sensibilidad
a las miradas que las puedan,
desde la sinceridad,
reconocer.

Rojo al desnudo,
desnuda entre rojos,
rojo pretexto para despertar la mirada.
Rojo en movimiento,
rojo que satura y que engaña.

Cuando el sol prende fuego al agua,
explota vida en cada trazo
y se reinventa el alma de cada mujer
que reivindica ser descubierta
tras el fuego de su belleza.

martes, 19 de julio de 2011

Jan Van Eyck / Antonio Gamoneda




Un ángel gótico

Inmóvil, claramente
inhumano en la
pura catedral
vive un ángel.
Un ángel no tiene ojos.
Un ángel no tiene sangre.
Él no vive en la vida, él no vive
en la muerte, él está
vivo en la belleza.

miércoles, 13 de julio de 2011

Jean-Auguste Dominique Ingres / Pablo Neruda


Sed de ti

Sed de ti que me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas.
Hacia dónde, en las tardes que no vayan tus ojos
en viaje hacia mis ojos, esperándote entonces.

Estás llena de todas las sombras que me acechan.
Me sigues como siguen los astros a la noche.
Mi madre me dio lleno de preguntas agudas.
Tú las contestas todas. Eres llena de voces.
Ancla blanca que cae sobre el mar que cruzamos.
Surco para la turbia semilla de mi nombre.
Que haya una tierra mía que no cubra tu huella.
Sin tus ojos viajeros, en la noche, hacia dónde.

Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.
Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.
Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.
Sed de ti, sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.

sábado, 9 de julio de 2011

Charles Émile Auguste Duran / Octavio Paz




La hora es transparente

La hora es transparente:
vemos, si es invisible el pájaro,
el color de su canto.

Mis ojos te descubren
desnuda
y te cubren
con una lluvia cálida
de miradas

Baja
desnuda

la luna
por el pozo

la mujer
por mis ojos

martes, 5 de julio de 2011

Vincent Van Gogh / Miguel Hernández




Canción última



Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.



De "El hombre acecha" 1938 1939

lunes, 4 de julio de 2011

Antoni Tapiès / Julio Cortázar



Una carta de amor


Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,


como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


domingo, 3 de julio de 2011

Concha Tejeda / Carmen Matute



A veces huyo...

A veces huyo
por intrincados caminos
construidos de palabras,
que me llevan
a los páramos de nadie.
Durante breves momentos
siendo este precario puente
hacia los otros,
con las palabras
que me crecen como ramas
en la boca,
y me sacan
de mi silueta
de animal desnudo.
Desde esta orilla solitaria
agito mis palabras mínimas
como banderas blancas
entregadas a un sueño,
y por algún tiempo
logro fugarme
en las palabras,
hermosas.