domingo, 12 de febrero de 2012

Matilde Alonso Salvador / Mía Gallegos





El ojo de la aguja

VII
Al amor llegué con un grito de seda
y puse las dos mejillas,
el cuerpo y la conciencia.

Nada quedó de mí,
ni siquiera una carta,
ni siquiera un espejo en donde reconocerme.
Mas aprendí a pasar
por el ojo de la aguja,
es decir a perdonar sinceramente.
A dejar la piel en el alambre,
a dolerme desde los pies
a la cabeza.

Lo perdí todo.
Y cuando entendí que no sabía defenderme de la gente,
respondí con una bofetada de ternura,
porque yo sé
que sólo los dulces heredarán la tierra.

6 comentarios:

  1. La donación al amor como aniquilación del ego. Generoso, hermoso. Por desgracia algo muy distinto a lo que tan a menudo nos rodea. Gracias, Alicia.

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  2. Para eso está la poesía, para hacernos olvidar lo prosáico y ver el otro lado de la vida. Si no es real, al menos es bello.

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  3. Una vez más Alicia ha ensamblado dos piezas con una inteligente sutura.

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  4. El arte está en las piezas. Lo que las une no es inteligencia, es instinto.

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  5. de quien es el poema? me encanta!

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  6. Matilde Alonso Salvador, Mía Gallegos la poetisa. Siempre van en ese orden las entradas: primero la imagen, después la letra. Salu2

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